The Camera Affair (III).

Hay una frase que me tiene comido el corazón y me genera una inquietud lingüística importante al mismo tiempo: «te lo he dicho por activa, por pasiva y por perifrástica.» No me digan que no es para acuñar en el catálogo de sentencias de una madre vintage en lugar preferente, pero una, que es muy aplicada en los asuntos de la escritura, no puede evitar un desasosiego interior al desconocer cuál es la voz perifrástica. Desde aquí, por favor, hago un llamamiento a los entendidos en el particular, académicos de mayúsculas y minúsculas, para que me ilustren porque estoy en un sinvivir. Tanto que he tenido que empezar mi post de hoy con esta duda trascendental.something

Toda esta introducción y chorrez del párrafo anterior viene al hilo porque pensaba repetirles una vez más que, aunque yo no sé mucho de esto, ante la insistencia de algunos de mis muy respetables y queridos followers, vuelvo con una entrada sobre fotografía, esta vez para centrarme en el apasionante mundo del autorretrato, con una serie de indicaciones muy básicas y basadas fundamentalmente en mi experiencia. Según ésta, para dedicarse al noble arte de fotografiarse a uno mismo, se necesita seguir los siguientes pasos:

  1. Equipo básico: En la línea de Tip y Coll con su vaso de agua, disponer de una cámara de fotos. Parece básico, pero tiene su intríngulis, no se crean. Si además aspiran a algo más que a salir reflejados en un espejo sosteniendo su cámara, o a tomarse fotos con morritos para los perfiles de instagram o facebook mientras alargan su brazo, deberán contar con un trípode más o menos estable (en función del peso de su cámara). Y, por último, un disparador remoto. Esto es opcional, pero les aseguro que encuadrar utilizando una escoba, bloquear el enfoque y correr a colocarse en la composición mientras el disparo retardado de la cámara pita, le resta todo el glamour a la escena. Y es muy cansado. Eso sí, viene fetén para la operación bikini.8753899259_768f709f12_o
  2. El apasionante mundo del enfoque o cómo conseguir que no parezca que la foto ha sido tomada en estado ebrio a las cinco de la mañana tras salir de un after. O una rave. Y aquí, maifréns, es donde entra en juego nuestra modelo rusa. Paluscova, para los amigos. Mencionada en el punto anterior como necesaria si uno carece de remoto, no debe ser denostada al adquirir el bendito mando a distancia cuando quiere uno utilizar aperturas grandes de diafragma. En este caso, uno enfoca donde se sitúa la escoba, quiero decir, la rusa, bloquea el enfoque y se coloca exactamente donde y como estaba la modelo. Y ojo, con aperturas grandes de diafragma la cosa se complica cuanto más cerca está la cámara del retratado porque es menor la superficie enfocada. Solución: cerrar un poco el diafragma o encomendarse a los santos y beatos pertinentes para que ayuden en el asunto. No hay otra.10777832233_a11c5e1c24_o
  3. Componer la escena antes de liarnos la manta eléctrica a la cabeza. Básicamente, es como inventar una historia: dónde, cuándo, cómo y quién. Ponerse en modo director de cine y elegir vestuario, actores, plató y guión. Ojito, que de ser Russmeyer a Coppola hay una distancia muy pequeña. No se me engorilen con los desnudos.11281491_797852940329642_702753608_o-2
  4. Ganas de hacer el indio apache. O lo que sea. Además de ver la foto, hay que hacerla. Creérselo, vaya, hacerse el Angelina Jolie, o el Robert de Niro, método Stanislavski ON y toda la movida a tope. Y no tener ningún complejo de hacer el gamba ni de reírse de uno mismo. Ahora bien, por el respeto presente y futuro de los vástagos hacia uno mismo, incluso por su salud mental y física, y porque todos los procesos creativos pueden ser muy bochornosos en el durante para el espectador, mejor en soledad. Hay cosas que, como el otro el catalán, han de guardarse para la intimidad.bbbb
  5. La paciencia del Santo Job. Porque fallará el encuadre una y otra vez; porque quedará desenfocado el 50 por ciento de las fotos que hagan; porque alguna quedará subexpuesta; porque, merde! allá en el fondo se ve la leonera del heredero en cuestión y me afea el set tan cuqui que me he preparado; porque me he venido muy arriba y parezco salida de una peli de Nacho Vidal. Por lo que sea. Inspiren, espiren y no expiren. 11978286644_90f7da27e2_o

Vayan por partes, como Jack el Destripador, y con calma, como la orquesta del Titanic, que en este asunto no hay prisa y, de momento, nadie ha salido herido ni resultado ahogado en las profundidades del Atlántico. Al menos en la vida real. Respetos al máximo a cada uno con sus puestas en escena.

¡Feliz Miércoles!

Mary Wilson

6 comentarios en “The Camera Affair (III).

  1. Por aquí decimos «por activa, por pasiva y por condicional», el tema de la perifrastico parece que no lo manejamos tampoco. Me ha encantado tu post, a mí me falta paciencia para hacer fotos y como dice mi chico, loro viejo no aprende a hablar, así que a estas alturas no creo que la adquiera en plan revelación. Pero por si acaso, por si la vida me da más tiempo o más paciencia yo leo aplicadamente y archivo todos tus post a ver si se me pega algo. también me falta actitud y jeta para posar y eso yo creo que no hay nada que lo arregle. Un beso gordo!!!

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