El dardo en la palabra:
«- (…) Entonces ¿le habéis puesto mote?
– No, mamá… (suspiros de invocación al Santo Job). Es apodo. Es que no es lo mismo decir una cosa u otra, ¿sabes? Apodo es cariñoso. En cambio, mote es como de chorra.»
Y esta sería, queridos followers, la vida en casa de María Moliner. Cien años después. Voy a ir pidiendo que nos reserven el sillón M en la RAE, que creo que sigue vacante.
¡Feliz Viernes!
Mary Wilson
lo que se dice, hablar con propiedad… 🙂 bss!
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Tal cual 😉
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Jajjaja que ideas tienen 😆🙈
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jajaja, ella es «asín» XD
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